*A ti, que me seguiste en
el acierto equivocado de los ojos.
En esta visitación práctica, cuando el astro venidero se bifurca,
(cuando la estepa reverdece de tanto sudor), vengo a ti
con la venida de mi ser, con mi propia sombra enajenada
para cantarte en muda voz con todo el mutismo de mi voz
yencerrando entre los dedos una esperanza más grande que la vida.
Vamos a caer en nuestras voces, para secar la risa con el pañuelo negro
(y secar el llanto con el pañuelo rojo) yasí,
entrecortando risa y llanto, a fuerza y filo de martillo,
enterrar la somnolencia del alba.
Sé que quieres descansar, pero no es el descanso de los huesos
el descanso que tus huesos necesitan. Vamos a beber el ron de Pablo y sus orejas,
(y leamos la revista fenecida en la sombra de la luz que no ilumina).
Desgracia ilógica del peso inconsecuente,
el paso lógico de la caricia pronostica el llamado tácito
de la mano.
Yel agua.
Y la ausencia del agua.
Y la sórdida esperanza del agua
construye a filo y fuerza de hoz, el retorno de las aguas del futuro
en la piedra que sostiene mi pasado.
Y por tu sacrificio (el acto universal de tu sonrisa),
te contengo en la férula de mi pecho, latiendo en cada segundo de mi sangre,
viviendo el corazón de mi existencia.
(cuando la estepa reverdece de tanto sudor), vengo a ti
con la venida de mi ser, con mi propia sombra enajenada
para cantarte en muda voz con todo el mutismo de mi voz
yencerrando entre los dedos una esperanza más grande que la vida.
Vamos a caer en nuestras voces, para secar la risa con el pañuelo negro
(y secar el llanto con el pañuelo rojo) yasí,
entrecortando risa y llanto, a fuerza y filo de martillo,
enterrar la somnolencia del alba.
Sé que quieres descansar, pero no es el descanso de los huesos
el descanso que tus huesos necesitan. Vamos a beber el ron de Pablo y sus orejas,
(y leamos la revista fenecida en la sombra de la luz que no ilumina).
Desgracia ilógica del peso inconsecuente,
el paso lógico de la caricia pronostica el llamado tácito
de la mano.
Yel agua.
Y la ausencia del agua.
Y la sórdida esperanza del agua
construye a filo y fuerza de hoz, el retorno de las aguas del futuro
en la piedra que sostiene mi pasado.
Y por tu sacrificio (el acto universal de tu sonrisa),
te contengo en la férula de mi pecho, latiendo en cada segundo de mi sangre,
viviendo el corazón de mi existencia.