golpe de barreta lógica

Con traducida voz
de acalorado frío,
se llenó de verticales
el llano caminante.
Se llenó de desconfianzas
en la puerta del enema
porque un golpe de barreta lógica,
magnífica,
estrellada en cinco puntas,
se incrustó en nuestra memoria
y recordó lo acontecido.

Miedos prácticos se yergan
por la dirección aérea de la noche
que se impone asolapada
y disfrazando sus alegres contubernios
antes de la aurora nocturnal
y florecida.

Una sexta punta viene ya incrustándose
yun frío de mar en nuestro invierno
intenta acomodarse torpemente
entre los ojos
pero sólo inventa su propia
destrucción
y la del cielo.

Es posible la existencia cálida
de una punta
amplificada o
quizás
la pronta marca de una sétima clavando
el escritorio.

Yen el silencio
una voz está gritando.
Alerta sin decir lo que se viene.
Viaja enmudecida yenlodada en
el camino, se
recuesta sobre el suelo,
mira sin respiros técnicos el
fálico espectáculo
de olas repetidas
en la etérea conjunción
de las manos que articulan.

La pregunta salta entonces
en los bordes, retomando las arengas
hipocráticas del hexángulo
procaz y no galeno.
¿Valdrá tanto el sacrificio
si la impronta de la lluvia no rebota
en los andenes?
Hace tiempo no lo sé,
como así lo ignoran las
flamantes yenredadas
constructoras del vacío.

Frías madrugadas regresaron
a los ojos y golpearon
la memoria, sacudierónse
de olvidos, mientras acá
se piensa y se mira el mundo
y se le ve desde el abajo
con el roce incandescente de
los zócalos
y la fuerza circular de
los talones.


Todas las vertientes se
enfilan al deseo
por encima de los dedos índices.